Copying Beethoven

Crítica

Julio Vallejo

Agnieszka Holland es el típico ejemplo de cineasta europea que trunca su prometedora carrera en el viejo continente para abrazar los oropeles de Hollywood. La realizadora polaca sorprendió a todos con la maravillosa "Europa, Europa", una estupenda película sobre un adolescente judío que se hace pasar por un miembro de las juventudes hitlerianas para poder salvar la vida. Poco después, Holland volvía a ganar a público y crítica con "Olivier, Olivier", un largometraje que reincidía en el tema de la infancia. Después, y llevada por los cantos de sirena de la industria norteamericana, la directora se puso en manos de la llamada fábrica de sueños. "El jardín secreto"y "Washington Square", "El tercer milagro", entre otras, demostraron que era una artista versátil, aunque no siempre inspirada.

Convertida casi en una aplicada artesana, la realizadora prueba suerte con "Copying Beethoven", una cinta que narra la peculiar relación que se establece entre Ludwig Van Beethoven y una joven compositora durante los tiempos en el que el mítico artista componía "La novena sinfonía", quizá su obra capital. Desestimando en todo momento el romance entre ambos, Holland prefiere centrarse en la asexuada química que se establece entre maestro y alumna, dos personas con caracteres casi contrapuestos. De esta manera, Beethoven es descrito como un hombre gruñón, sordo y casi aislado del resto del mundo, que sólo parece tener cierta adoración por su algo desnortado sobrino. Como contraste a la alocada figura del genio, la joven pupila aparece sumida en el dilema de seguir con una vida más ordinaria al lado de su novio arquitecto o abandonarse a la extraña fascinación que siente por la obra y la persona de Beethoven.

Con este argumento, "Copying Beethoven" intenta contarnos cómo dos seres muy diferentes pueden estar casi exclusivamente unidos por su mutua pasión por el Arte, aunque separados por el grado de talento que cada uno tiene. De esta manera, mientras Beethoven es un verdadero artista, su joven pupila es sólo una joven que sueña con ser como su maestro. Sin embargo, y pese a las intenciones, Agnieszka Holland y sus guionistas no terminan de aclarar cuál esa atracción que une a sus personajes. Todo ello pese a la gran labor de una guapísima Diane Kruger, que interpreta a la joven ayudante del maestro, y a Ed Harris, encargado de encarnar al genial Beethoven.

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