Teresa. El cuerpo de Cristo
Crítica
Julio Vallejo
Cabeza visible de toda una generación de escritores posmodernos que se dieron a conocer a principios de los noventa, Ray Loriga se ha ido poco a poco interesando por el mundo del cine. Guionista en solitario o en compañÃa de otros de "Carne Trémula" (Pedro Almodóvar, 1997), "El séptimo dÃa" (Carlos Saura, 2004) y "Ausentes" (Daniel Calparsoro, 2005), el joven narrador probó suerte en la realización con "La pistola de mi hermano", adaptación de una de sus novelas. Interesante mezcla de cierta estética casi oriental con la sobriedad caracterÃstica de Robert Bresson, la ópera prima de Loriga se convirtió en una verdadera rareza en el cine español.
Casi una década después de su primer largometraje como realizador, el autor de "Tokio ya no nos quiere" vuelve a probar suerte con "Teresa, el cuerpo de Cristo", personal adaptación de la vida de Teresa de Jesús en sus años de juventud. El escritor, autor también del guión del filme, nos presenta a la santa como una mujer adelantada a su tiempo, culta y dispuesta a todo para realizar su peculiar reforma de la Iglesia Católica. Además, en un acto bastante valiente, Loriga decide visualizar sus éxtasis mÃsticos como encuentros amorosos con Jesúcristo.
Con estos elementos, la segunda pelÃcula del novelista se convierte en una propuesta interesante, aunque no del todo lograda. En este sentido, y pese a que las visiones están rodadas con buen gusto visual, Loriga se muestra más acertado al narrarnos las batallas polÃticas y religiosas que tuvo que sortear Teresa de Jesús para lograr fundar su propia congregación que en reflejar el misticismo que la inundaba. En este sentido, la pelÃcula funciona más como filme de intrigas polÃticas y religiosas que como cinta más o menos espiritual. A esto contribuye también la interpretación de Paz Vega, más acertada en interpretar a la mujer que a la santa.
Casi una década después de su primer largometraje como realizador, el autor de "Tokio ya no nos quiere" vuelve a probar suerte con "Teresa, el cuerpo de Cristo", personal adaptación de la vida de Teresa de Jesús en sus años de juventud. El escritor, autor también del guión del filme, nos presenta a la santa como una mujer adelantada a su tiempo, culta y dispuesta a todo para realizar su peculiar reforma de la Iglesia Católica. Además, en un acto bastante valiente, Loriga decide visualizar sus éxtasis mÃsticos como encuentros amorosos con Jesúcristo.
Con estos elementos, la segunda pelÃcula del novelista se convierte en una propuesta interesante, aunque no del todo lograda. En este sentido, y pese a que las visiones están rodadas con buen gusto visual, Loriga se muestra más acertado al narrarnos las batallas polÃticas y religiosas que tuvo que sortear Teresa de Jesús para lograr fundar su propia congregación que en reflejar el misticismo que la inundaba. En este sentido, la pelÃcula funciona más como filme de intrigas polÃticas y religiosas que como cinta más o menos espiritual. A esto contribuye también la interpretación de Paz Vega, más acertada en interpretar a la mujer que a la santa.
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