Super Size Me
Crítica
Julio Vallejo
En los últimos años, el género documental parece vivir un auge sin igual. Espléndidas pelÃculas como "Asaltar los cielos" (José Luis López Linares y Javier Rioyo, 1996), "Las espigadoras y el espigador"(Agnès Varda, 2000), los documentales de Michael Moore ("Bowling For Columbine", 2002; "Farenheit 9/11", 2004) o la magnÃfica "Capturing The Friedmans"(Andrew Jarecki, 2003) son ejemplos de cómo el documental ha conseguido recabar el interés de un público cada vez más aburrido de las previsibles historias de ficción.
Teniendo como modelo los egocéntricos documentales de Michael Moore, Morgan Spurlock ha realizado "Super Size Me", un alegato contra la comida rápida y, más concretamente, contra la McDonald´s, la gran empresa del sector. Para demostrar que los alimentos que venden las hamburgueserÃas son nocivos para nuestra salud, Spurlock se somete a un curioso experimento que consiste en desayunar, comer y cenar durante un mes alimentos preparados en los establecimientos McDonald´s. Además, como prueba de los efectos negativos de estos productos, el atrevido realizador se somete durante el proceso a periódicos controles médicos que demuestren la tesis de la pelÃcula: que la fast food es mala para la salud y que es la principal responsable de que gran parte de los norteamericanos sean obesos. Por si fuera poco, y para reforzar su denuncia, el realizador respalda su discurso con numerosas entrevistas y datos que ponen al descubierto otra terrible realidad: McDonald's es una poderosa multinacional que no le importa vender basura con tal de ganar más y más dinero.
Sin embargo, y a pesar de que se compartan muchas de las tesis del realizador, "Super Size Me" sólo funciona a ratos. La razón de que esto ocurra reside en un pequeño elemento: Norman Spurlock no es la mitad de buen Showman que Michael Moore. En este sentido, Spurlock hereda el toque populista del creador de "Bowling for Columbine", aunque carezca del aire socarrón y del desparpajo como director de Moore. De esta manera, "Super Size Me" pierde fuelle a mitad del filme y deja, por desgracia, poca huella. Más o menos la misma que la que te produce una hamburguesa poco después de habértela comido.
Teniendo como modelo los egocéntricos documentales de Michael Moore, Morgan Spurlock ha realizado "Super Size Me", un alegato contra la comida rápida y, más concretamente, contra la McDonald´s, la gran empresa del sector. Para demostrar que los alimentos que venden las hamburgueserÃas son nocivos para nuestra salud, Spurlock se somete a un curioso experimento que consiste en desayunar, comer y cenar durante un mes alimentos preparados en los establecimientos McDonald´s. Además, como prueba de los efectos negativos de estos productos, el atrevido realizador se somete durante el proceso a periódicos controles médicos que demuestren la tesis de la pelÃcula: que la fast food es mala para la salud y que es la principal responsable de que gran parte de los norteamericanos sean obesos. Por si fuera poco, y para reforzar su denuncia, el realizador respalda su discurso con numerosas entrevistas y datos que ponen al descubierto otra terrible realidad: McDonald's es una poderosa multinacional que no le importa vender basura con tal de ganar más y más dinero.
Sin embargo, y a pesar de que se compartan muchas de las tesis del realizador, "Super Size Me" sólo funciona a ratos. La razón de que esto ocurra reside en un pequeño elemento: Norman Spurlock no es la mitad de buen Showman que Michael Moore. En este sentido, Spurlock hereda el toque populista del creador de "Bowling for Columbine", aunque carezca del aire socarrón y del desparpajo como director de Moore. De esta manera, "Super Size Me" pierde fuelle a mitad del filme y deja, por desgracia, poca huella. Más o menos la misma que la que te produce una hamburguesa poco después de habértela comido.
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