Spider-Man 3

Sam Raimi vuelve a encargarse de las aventuras del hombre araña en "Spiderman 3". Después de enfrentarse con Duende Verde en la primera parte y con el Doctor Octopuss en la segunda, Peter Parker se tiene que ver las caras en esta ocasión con El Hombre de Arena, Venom, un renacido Duende y un nuevo traje de extraña procedencia. Por si fuera poco, el pobre superhéroe tendrá que hacer frente a los problemas de relación con su novia Mary Jane y con su amigo Harry Osborn.

Raimi, especialista en el fantástico y autor de la trilogía de "Posesión Infernal" y "Darkman", vuelve a demostrar su oficio en esta tercera entrega. Después de una segunda parte que se puede encontrar entre lo mejor en adaptaciones de superhéroes que ha dado la historia del cine, el realizador norteamericano nos sorprende negativamente con esta tercera entrega que ofrece más enemigos, más efectos especiales y más conflictos, pero menos entretenimiento. Hay, eso sí, muchas escenas espectaculares, aunque el conjunto resulta algo lioso y bastante aburrido. Sólo la primera pelea de nuestro superhéroe con El Duende y el gag de J.J.Jameson con su secretaria resultan memorables. El resto es una acumulación de escenas de acción y conflictos sentimentales rodados de manera rutinaria y sin gracia. En algún momento, como ese horrible homenaje a "Fiebre del Sábado Noche", la película provoca incluso vergüenza ajena.

Es una pena que esta tercera entrega de las aventuras del hombre araña deje tan mal sabor de boca. La verdad es que los conflictos que plantea la película podrían haber tenido una mejor resolución. Sin embargo, y quizá queriendo satisfacer a un público mayoritariamente adolescente, Raimi y Joseph Sargent, su guionista, han tirado por la fácil senda de la acumulación de escenas espectaculares y la simplicidad dramática de los conflictos. En fin, una pena.