Luces al atardecer
Crítica
Julio Vallejo
Aki Kaurismäki es el cineasta más inimitable de los últimos veinticinco años. PelÃculas como "La chica de la fábrica de cerillas", "Contraté a un asesino a sueldo", "Un hombre sin pasado" o "La vida bohemia" le han convertido en un rara avis en el panorama cinematográfico. Sus largometrajes, inigualablemente personales, se han caracterizado por el minimalismo interpretativo, el laconismo, el humor marciano y una utilización ejemplar del fuera de campo. Todos estos ingredientes están presentes en "Luces al atardecer".
El director finlandés nos vuelve a contar, como ya hiciera en "La chica de la fábrica de cerillas" o "Contraté a un asesino asueldo", una historia que parece sacada de las viejas pelÃculas de cine negro norteamericano. Las desventuras de un guardia de seguridad que es injustamente acusado del robo de una joyerÃa que tenÃa que vigilar no parecen a primera vista un tema muy original del que conseguir un filme interesante. En este sentido, Kaurismäki se vale de los personajes prototÃpicos del género negro (el pobre diablo sin suerte, el gangster, la mujer fatal, la pobre chica enamorada del protagonista) para hacer una pelÃcula personal y muy alejada en formas de los clásicos del género dirigidos por Fritz Lang o John Huston. El realizador aplica su caracterÃstica austeridad estilÃstica para realizar un retrato de ese tipo de individuos, que al igual que el protagonista, parece no sonreÃrle la suerte hasta en sus más humildes esperanzas. Como ya es habitual, los personajes de Kaurismäki parecen muertos en vida y dispuestos más a vivir por inercia que por un intenso deseo de disfrutar de su existencia.
Extraña y dura para el espectador no entrenado, "Luces al atardecer" es una de esas pocas obras maestras que sólo de vez en cuando podemos disfrutar en nuestro cine. No se la pierda o se arrepentirá.
El director finlandés nos vuelve a contar, como ya hiciera en "La chica de la fábrica de cerillas" o "Contraté a un asesino asueldo", una historia que parece sacada de las viejas pelÃculas de cine negro norteamericano. Las desventuras de un guardia de seguridad que es injustamente acusado del robo de una joyerÃa que tenÃa que vigilar no parecen a primera vista un tema muy original del que conseguir un filme interesante. En este sentido, Kaurismäki se vale de los personajes prototÃpicos del género negro (el pobre diablo sin suerte, el gangster, la mujer fatal, la pobre chica enamorada del protagonista) para hacer una pelÃcula personal y muy alejada en formas de los clásicos del género dirigidos por Fritz Lang o John Huston. El realizador aplica su caracterÃstica austeridad estilÃstica para realizar un retrato de ese tipo de individuos, que al igual que el protagonista, parece no sonreÃrle la suerte hasta en sus más humildes esperanzas. Como ya es habitual, los personajes de Kaurismäki parecen muertos en vida y dispuestos más a vivir por inercia que por un intenso deseo de disfrutar de su existencia.
Extraña y dura para el espectador no entrenado, "Luces al atardecer" es una de esas pocas obras maestras que sólo de vez en cuando podemos disfrutar en nuestro cine. No se la pierda o se arrepentirá.
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