Life aquatic

Crítica

Julio Vallejo

Wes Anderson es uno de los directores más inclasificables de la nueva camada del cine independiente americano. El realizador se ha convertido en un experto en personajes extraños y con cierto tono antipático que, sin embargo, terminan por ganarse el cariño del espectador. Esto ocurría en la simpática "Academia Rushmore" y en la magnífica "Los Tenenbaum", dos extrañas comedias en las que el director contaba la más o menos terrible existencia de un grupo de personas no precisamente normales y bastante poco integradas.

Aumentando el tono extraño, y contando con la participación de habituales del director como Owen Wilson, Bill Murray, Seymour Cassel o Angelica Huston, Anderson riza el rizo con "Life Acuatic", la extraña historia de Steve Zissou (Bill Murray), un oceanógrafo famoso por su películas documentales sobre el mundo acuático que decide realizar una expedición para capturar al tiburón que mató a su mejor amigo (Seymour Cassel). Como compañeros de viaje, el intrépido y algo maniático personaje contará con la colaboración de, entre otros, su despechada esposa, de su supuesto hijo secreto (Owen Wilson), de una entrometida periodista embarazada (Cate Blanchett), del ex marido gay de su mujer (Jeff Goldblum) y de un fiel ayudante celoso (Willem Dafoe) del cariño que Zissou dispensa a su recién descubierto vástago. Con la ayuda de los actores y de un guión lleno de diálogos entre divertidos y tiernos, el creador de "Academia Rushmore" nos introduce en el mundo de unos personajes llenos de imperfecciones y defectos, aunque con un fondo evidente de cariño. Como en "Academia Rushmore" y "Los Tenenbaum", los protagonistas de la película intentan que, pese a sus rarezas, se les comprenda y se les escuche.

Sin embargo, Anderson no se conforma con realizar un retrato de personajes y decide dar a su película un toque colorista e irreal con un look visual poblado de extraños seres acuáticos. Para ello el realizador ha contado con la ayuda del gran Henry Selick, responsable de esas dos maravillas de la animación que son "Pesadilla antes de Navidad" y "James y el melocotón gigante". Las criaturas de Selick, pequeñas maravillas de la animación, consiguen que los animales se conviertan en seres tan fuera de norma como los humanos que pueblan el filme.

Por último, y como homenaje a las series documentales de divulgación científica que reinaron en la televisión de los setenta, Anderson recurre a una fotografía y a una estética deudora de "Mundo submarino", aquella maravillosa serie creada por Jacques Costeau.

Con estos elementos, y con una banda sonora plagada de versiones brasileñas del gran David Bowie, "Life Aquatic" se convierte en una de las marcianadas más maravillosas de los últimos años.

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