Flores rotas

Crítica

Julio Vallejo

Bill Murray parece haberse especializado en interpretar a hombres de mediana edad en plena crisis existencial. Así se podían definir sus personajes en películas como "Lost In Translation" y "Life Aquatic". En ambas, el actor, famoso por su histrionismo y por sus cómicas interpretaciones en la serie de "Los cazafantasmas" y en algunas comedias gamberras de los ochenta, recurría a un minimalismo interpretativo muy acorde con el espíritu de unos personajes sumidos en una especie de stand by vital.

Tras estas interpretaciones –alabadas por gran parte de la crítica-, Bill Murray repite la jugada en "Flores Rotas", su segundo trabajo con el gran Jim Jarsmuch, realizador con el que trabajo en la irregular "Coffee and Cigarrettes". Ambos se han unido para contar las peripecias de un galán otoñal que decide buscar a su hijo de 19 años tras recibir una carta de una de sus antiguas amantes. Animado por un vecino con ínfulas de detective, el hombre buscará a su vástago entre cuatro de sus antiguas parejas: una sensual viuda con una hija con maneras de ninfa nabokoviana, una ex hippy reciclada en cursi decoradora, una antigua abogada lesbiana especializada en la comunicación con animales y una mujer con bastante mal carácter . Durante el viaje, el personaje de Murray tomara conciencia de la vacuidad de su vida y de la necesidad de tener a alguien a quien amar.

Con un estilo reposado y casi contemplativo, Jarmusch consigue un filme sosegado y reflexivo que habla en el fondo del fracaso en la vida. Al fin y al cabo, Bill Murray y sus cuatro ex amantes son un ejemplo perfecto de personas a los que su propia existencia les ha dejado un inevitable poso de amargura. Parecen ser el ejemplo de gente que ha claudicado ante la vida y que parece haberse dejado llevar. Sólo el divertido personaje de Jeffrey Wright, un hombre con familia numerosa, múltiples trabajos y ansias de detective, parece no haberse rendido ante las adversidades.

Pese a la profundidad del mensaje del filme, Jarmusch no recurre en ningún momento a la pedantería y el sermón, y acude a algo fundamental en el cine: las imágenes. La peculiar decoración y vestimenta de cada una de las antiguas novias del protagonista, los aparentemente intrascendentes diálogos y las sutiles miradas entre los personajes son las armas con las que el cineasta consigue trasmitir aquello que se propone. Por si fuera poco, el autor cuenta con una mayúscula interpretación de Bill Murray y con los maravillosos trabajos de actrices como Sharon Stone, Frances Conroy, Jessica Lange y Tilda Swinton. En definitiva, y junto a esa maravilla llamada "Ghost Dog. El camino del samurai", nos encontramos ante una de las mejores películas de uno de los grandes del cine independiente norteamericano. Julio Vallejo.

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