Ebrio de mujeres y pintura
Crítica
Diego Salgado
Siendo de producción coreana –como las irritantes "Old Boy" y "Memories of Murder"-, tratándose de la biografÃa de un artista polémico, y con un tÃtulo como "Ebrio de mujeres y pintura", uno se temÃa que esta pelÃcula cayera en el histrionismo en su descripción del personaje principal. Sin embargo el veterano director Im Kwon-taek afronta la vida de Oh-won Jang Seung-ub (1843-1897) con la delicadeza y la espontaneidad tÃpicas de la mejor pintura oriental.
Jang Seung-ub nació en un entorno humilde, y por ello su obra pictórica escapó a los corsés impuestos por las dos escuelas predominantes en Corea, la de los pintores de corte afincados en el norte y la de los ilustrados del sur. Seung-ub vivió y creó sin ataduras, con una originalidad que permitió a su obra trascender la tradición imitativa y estereotipada de la pintura autóctona. En él, como en el caso de Caravaggio, la personalidad artÃstica y la vital se muestran indisolubles y extremas. Pintar, amar, beber, son parte del mismo proceso: absorber la existencia e interpretarla visceralmente. A su alrededor un paÃs cambiaba, se sucedÃan las invasiones y los vaivenes polÃticos. Su obra, ensimismada y mutable como la naturaleza, sobrevivió a todo ello y convirtió a Oh-won Jang Seung-ub en el pintor más relevante de Corea junto a Hyaewon y Danwon.
Im Kwon-taek sigue a Seung-ub desde la niñez a su desaparición. Intenta indagar en lo real, deshacer equÃvocos, situar al artista en el contexto histórico y calar en la esencia de su desarraigo y su talento creativo. Y lo hace mediante escenas concisas y vivaces, simples en cuanto a la puesta en escena y el montaje, que se suceden con trazo ligero. Esta técnica privilegia el momento, lo que resulta acertado a la hora de retratar los momentos de meditación frente a la naturaleza o el papel, y no tan acertado en lo que respecta al espesor dramático de la biografÃa. El espectador se extasia ante la belleza de las obras que se despliegan ante sus ojos, ante el trazo de un pincel. Pero ni los conflictos personales del pintor ni la época que le tocó vivir toman cuerpo.
PodrÃa decirse que la sensibilidad de la narración está más cerca de la pintura que de la novela, lo que en principio parecerÃa un halago tratándose precisamente de la biografÃa de un artista visual. Sin embargo, se dedica demasiado tiempo a la persona y a quienes le rodean como para eludir que en ese aspecto "Ebrio de Mujeres y Pintura" no alcanza sus objetivos. En cualquier caso, como sà transmite la "búsqueda de lo imposible" por parte de Seung-ub, búsqueda con la que se identifica el realizador, merece la pena dar una oportunidad a la pelÃcula. Que cuenta, además, con una entregada interpretación de Choi Min-sik en el papel protagonista.
Jang Seung-ub nació en un entorno humilde, y por ello su obra pictórica escapó a los corsés impuestos por las dos escuelas predominantes en Corea, la de los pintores de corte afincados en el norte y la de los ilustrados del sur. Seung-ub vivió y creó sin ataduras, con una originalidad que permitió a su obra trascender la tradición imitativa y estereotipada de la pintura autóctona. En él, como en el caso de Caravaggio, la personalidad artÃstica y la vital se muestran indisolubles y extremas. Pintar, amar, beber, son parte del mismo proceso: absorber la existencia e interpretarla visceralmente. A su alrededor un paÃs cambiaba, se sucedÃan las invasiones y los vaivenes polÃticos. Su obra, ensimismada y mutable como la naturaleza, sobrevivió a todo ello y convirtió a Oh-won Jang Seung-ub en el pintor más relevante de Corea junto a Hyaewon y Danwon.
Im Kwon-taek sigue a Seung-ub desde la niñez a su desaparición. Intenta indagar en lo real, deshacer equÃvocos, situar al artista en el contexto histórico y calar en la esencia de su desarraigo y su talento creativo. Y lo hace mediante escenas concisas y vivaces, simples en cuanto a la puesta en escena y el montaje, que se suceden con trazo ligero. Esta técnica privilegia el momento, lo que resulta acertado a la hora de retratar los momentos de meditación frente a la naturaleza o el papel, y no tan acertado en lo que respecta al espesor dramático de la biografÃa. El espectador se extasia ante la belleza de las obras que se despliegan ante sus ojos, ante el trazo de un pincel. Pero ni los conflictos personales del pintor ni la época que le tocó vivir toman cuerpo.
PodrÃa decirse que la sensibilidad de la narración está más cerca de la pintura que de la novela, lo que en principio parecerÃa un halago tratándose precisamente de la biografÃa de un artista visual. Sin embargo, se dedica demasiado tiempo a la persona y a quienes le rodean como para eludir que en ese aspecto "Ebrio de Mujeres y Pintura" no alcanza sus objetivos. En cualquier caso, como sà transmite la "búsqueda de lo imposible" por parte de Seung-ub, búsqueda con la que se identifica el realizador, merece la pena dar una oportunidad a la pelÃcula. Que cuenta, además, con una entregada interpretación de Choi Min-sik en el papel protagonista.
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