Crimen Ferpecto

Crítica

Diego Salgado

Alex de la Iglesia sufre de esquizofrenia creativa. Licenciado en filosofía, atormentado y misántropo, reconoce su incapacidad para adaptarse a lo "normal", para creer "en la humanidad y en el amor", y llega a exclamar que a quien no le guste su cine, que no lo vea (1). Por otra parte sus influencias, sus intenciones, su talento visual y sus tácticas promocionales lo ligan al cine comercial.

Esta dualidad hace que sus filmes intenten armonizar el humor negro y provocador con el espectáculo, causando incomodidad tanto entre quienes preferirían ver un descenso cinematográfico íntimo a los infiernos –tema presente en el fondo en toda su obra como director y en su novela "Payasos en la lavadora"-, como entre aquellos que acuden al reclamo de su nombre "para entretenerse", sin entender que de la Iglesia nos pide como espectadores lo que practica: reírnos de nosotros mismos y ser conscientes de la ridiculez de nuestros planteamientos vitales (2). A la postre, esto repercute en la calidad y la taquilla de sus proyectos (3).

"Crimen Ferpecto" sigue la misma estela. Aunque de la Iglesia declare que pretende llegar como cineasta "a la diversión pura, en la que no haya ningún mensaje en absoluto" (4), no puede esconder su visión aterrada del medio ambiente que nos rodea, y tampoco dejar de criticar la fauna que lo puebla: "[La película] es una gran bofetada a ese tipo de gente que tiene una meta, que cree en la leche de soja ... todos los que triunfan tienen el inconveniente de ser un poco payasos" (5).

De la Iglesia mete la cabeza con valor en la boca del lobo. Desarrolla "Crimen Ferpecto" en un gran almacén, el último refugio de Occidente, y durante muchos minutos disecciona con ritmo y precisión, a través del personaje que encarna estupendamente Guillermo Toledo, unas actitudes frente al trabajo, las relaciones y el "bienestar" no por comunes menos lamentables.

Hasta la desaparición de un cadáver –no desvelaremos más- de la Iglesia demuestra poder manejar registros cómicos o de suspense con fluidez, dotando además de sentido narrativo abundantes homenajes cinéfilos. También sabe implicar al espectador en las desventuras de protagonistas detestables, y enhebrar anécdotas que parece conformarán una tragedia hilarante.

Tras el acontecimiento citado, las risas envenenadas y el virtuosismo como director de Alex de la Iglesia se mantienen y hasta arrecian –inenarrable la cena de Rafael (Toledo) con la familia de Lourdes (Mónica Cervera)-. A cambio se pierde coherencia, y el exceso se adueña de la ficción. La violencia, el fuego, el más difícil todavía, van diluyendo paradójicamente la fuerza de una historia que en un registro más soterrado y homogéneo hubiera calado más profundamente.

A de la Iglesia le pierden su vena apocalíptica y sus concesiones a lo pirotécnico (de brillante ejecución, por cierto). Incluso así, "Crimen Ferpecto" es una propuesta plenamente recomendable, y más aún considerando la asepsia, la falsedad y la autocomplacencia que hemos de soportar diariamente en el cine... y en la vida real.


Notas

1 "A mí me gusta rodar así [la violencia] y el que quiera, que no las vea [...] Odio a las personas que lo tienen todo muy claro". La Luna de Metrópoli (El Mundo). Nº 25. Semana 22-28/10/04.

"Me aburre la normalidad". http://www.lavoz.com.ar/2003/0916/Espectaculos/nota191241_1.htm

"Para poder trabajar el humor blanco tendría que ser un tipo optimista, que creyera en la humanidad y el amor". http://www.lukor.com/cine/noticias/0409/06170501.htm

2 Alex de la Iglesia. Autorretrato:

http://www.clubcultura.com/clubcine/clubcineastas/delaiglesia/alexpresenta01.htm


3 Sus largometrajes anteriores, sobradamente conocidos: "Acción Mutante" (1992), "El día de la Bestia" (1995), "Perdita Durango" (1997), "Muertos de risa" (1999), "La Comunidad" (2000) y "800 balas" (2002).

4 http://www.tlm.unavarra.es/asignaturas/bi/bi98_99/bi17/ALEXBIO.HTML

5 http://www.lukor.com/cine/noticias/0409/06170501.htm

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