Conociendo a Julia

Crítica

Julio Vallejo

El mundo del cine y del teatro es bastante cruel con aquellas estrellas femeninas que ya no son tan jóvenes. En una sociedad donde la belleza y la juventud siempre han cotizado al alza, las arrugas nunca han estado muy de moda. El cine, como no podía ser menos, no ha desaprovechado la posibilidad de reflejar el drama de esas grandes damas de la interpretación que empiezan a ver cómo la belleza, la juventud y el éxito se les empiezan a escapar de las manos. En este subgénero de actrices en decadencia cabe destacar tres grandes películas: "Eva al desnudo"(Joseph Leo Mankiewicz, 1950), "El crepúsculo de los dioses"(Billy Wilder, 1950) y "Fedora" (Billy Wilder, 1979).

Siguiendo un poco el magisterio de estas obras, aunque basada en una novela bastante anterior a estos tres filmes -"Teatro" (William Somerset Maugham, 1937)- , "Conociendo a Julia" es un más que destacable intento de volver a tratar el tema de la estrella en plena crisis de la madurez. El filme, dirigido con buen pulso por el húngaro István Sazbó ("Mephisto", "Sunshine") , narra los problemas de Julia (Annette Bening), una actriz de éxito al borde de los cincuenta que, debido a la aparición de un joven principiante (Shaun Evans), decide dar un volantazo a su vida. Sin embargo, sus planes se irán al traste cuando la actriz descubra que el joven es un arribista que quiere colocar en función a su amante, una prometedora actriz (Lucy Punch) que, a su vez, tendrá un affair con Michael (Jeremy Irons), el marido de Julia y productor de las obras de la diva. Dispuesta a no rendirse, la actriz preparará una dulce venganza.
Con un esmeradísimo diseño de producción y una excelente dirección de actores, "Conociendo a Julia" se convierte en una película muy entretenida, a la que sólo se puede achacar cierta impersonalidad en la dirección. Pese a este pequeño defecto, el filme se convierte en una excelente oportunidad para disfrutar del trabajo de una de las mejores actrices de los noventa: Annette Bening. La esposa de Warren Beatty encarna con un delicioso y malicioso toque histriónico a esta actriz incapaz de abandonar su profesión en la vida real. También es un ejemplo de que un buen y divertido guión, unos excelentes actores y una competente realización pueden dar lugar a películas tan interesante como este filme.

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