Wolf Creek
Crítica
Julio Vallejo
Robert RodrÃguez y Quentin Tarantino, siempre dispuestos a hacer públicas sus filias, han puesto sus ojos en "Wolf Creek", una cinta terror australiana dirigida por el debutante Greg Mclean. Ambos directores han considerado el largometraje como uno de los mejores tÃtulos que ha dado el género en lo que llevamos de siglo. Vista la pelÃcula, la verdad, no se entiende tanto revuelo.
"Wolf Creek" cuenta las aventuras de un chico y dos chicas que emprenden viaje en coche para ver el cráter milenario que da tÃtulo a la pelÃcula. Una vez allÃ, sin embargo, se encontrarán con que no pueden regresar a casa por culpa de una averÃa en el coche. Por casualidad, un lugareño pasará por allà y les remolcará hacia un lugar donde podrán reparar el automóvil. Como podréis imaginar, el buen samaritano resulta ser un asesino bastante cruel y el trÃo se convertirá en el objetivo de sus sangrientos pasatiempos.
Con estos ingredientes, Greg Mclean consigue un filme entretenido y poco más. Es verdad que el joven realizador muestra pericia a la hora de crear una atmósfera enrarecida y cierta tensión, pero nada más. El argumento, con referencias a tantos tÃtulos de ese género que podrÃamos denominar terror de carretera, parece sacado de una batidora de clásicos del género. De esta manera se pueden detectar influencias de cintas mÃticas como "La matanza de Texas" o de pelÃculas como la relativamente reciente "Km.666". Como siempre, la idiotez de los protagonistas, obsesionados por el sexo más que por otra cosa, y los abusos de sangre coronan un tÃtulo mejor elaborado que la mayorÃa aunque cocinado con los mismos elementos de siempre. Nada nuevo bajo el sol, vamos.
"Wolf Creek" cuenta las aventuras de un chico y dos chicas que emprenden viaje en coche para ver el cráter milenario que da tÃtulo a la pelÃcula. Una vez allÃ, sin embargo, se encontrarán con que no pueden regresar a casa por culpa de una averÃa en el coche. Por casualidad, un lugareño pasará por allà y les remolcará hacia un lugar donde podrán reparar el automóvil. Como podréis imaginar, el buen samaritano resulta ser un asesino bastante cruel y el trÃo se convertirá en el objetivo de sus sangrientos pasatiempos.
Con estos ingredientes, Greg Mclean consigue un filme entretenido y poco más. Es verdad que el joven realizador muestra pericia a la hora de crear una atmósfera enrarecida y cierta tensión, pero nada más. El argumento, con referencias a tantos tÃtulos de ese género que podrÃamos denominar terror de carretera, parece sacado de una batidora de clásicos del género. De esta manera se pueden detectar influencias de cintas mÃticas como "La matanza de Texas" o de pelÃculas como la relativamente reciente "Km.666". Como siempre, la idiotez de los protagonistas, obsesionados por el sexo más que por otra cosa, y los abusos de sangre coronan un tÃtulo mejor elaborado que la mayorÃa aunque cocinado con los mismos elementos de siempre. Nada nuevo bajo el sol, vamos.
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