Spartan

Crítica

Julio Vallejo

Guionista, director de cine, novelista y autor teatral, David Mamet se ha convertido en una de las personalidades más interesantes de la cultura norteamericana. Dispuesto a demostrar en cada una de sus obras que no todo es lo que parece, el autor de "Las cosas cambian" ha desarrollado un discurso más o menos personal que asume, en cierta manera, los tópicos del thriller para contarnos historias donde todos y cada uno de los personajes tienen muchas cosas que ocultar.

Desde aquella maravillosa "Casa de juegos", una de las películas más interesantes del cine independiente norteamericano de los últimos veinte años, Mamet nos ha ido ofreciendo una serie de filmes donde el timo y el engaño parecen ser los grandes protagonistas.

Ahora, después de "El último golpe", Mamet prueba suerte con un thriller que nos cuenta los esfuerzos de un militar por recuperar a la hija del presidente de los Estados Unidos. Aunque parezca un tema algo ajeno al director norteamericano, la nueva película vuelve a hablarnos de las falsas apariencias. Al fin y al cabo, Robert Scott, el militar protagonista, intenta salvar a una joven a la que nadie quiere con vida. La razón de este desinterés es muy simple: la hija del presidente podría hacer peligrar la reelección de un presidente más preocupado por el sexo que por su propia familia. Esta es la razón por la que los servicios secretos intentan hacerla desaparecer.

En definitiva, Robert Scott, interpretado por un creíble Val Kilmer, se convierte en uno de los pocos personajes honestos en un mundo lleno de mentiras y falsedades creadas por un gobierno manipulador. En este sentido, David Mamet convierte al gobierno en un gran timador que miente a toda la opinión pública. También, y como suele ocurrir en las películas del realizador norteamericano, los protagonistas sufren un cambio que les trasforma radicalmente. En "Spartan" la regla se vuelve a cumplir: Robert Scott, el militar obediente y duro, se convierte a lo largo del filme en un ser bastante más sensible de lo que parecía en un principio.

Sin embargo, y pese a que "Spartan" propone algunas interesantes reflexiones sobre las manipulaciones que todo gobierno ejerce sobre la realidad, el filme parece no funcionar ni como película de acción ni como thriller. En este aspecto cabe señalar la falta de ritmo del filme y las algo rebuscadas vueltas de tuerca de la trama. En definitiva, "Spartan" es un bienintencionado y fallido filme que no pasará a la historia por ser una de las grandes películas de Mamet.

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