Mrs Henderson presenta

Crítica

Julio Vallejo

El británico Stephen Frears ha demostrado desde siempre una capacidad para analizar costumbres y colectividades. Los pakistaníes en la sociedad británica ("Mi hermosa lavandería"), el entorno artístico y homosexual británico en los años sesenta ("Ábrete de orejas"), la inmigración en el Londres de hoy ( "Negocios ocultos"), la alta sociedad en la Francia del XVIII ("Las amistades peligrosas"), los aficionados irredentos a la música rock ("Alta Fidelidad"), la sociedad irlandesa en la actualidad ("La camioneta") o en el pasado reciente ("Liam") han sido los ambientes en los que el realizador inglés ha ambientado unas historias que a menudo tratan el enfrentamiento del individuo contra la sociedad o contra algún grupo social. Esta cierta tendencia del realizador a abordar colectividades ha provocado que en muchas ocasiones las películas abandonen en cierta medida a los protagonistas principales para ahondar en otros menos importantes que ayudan a explicar en cierta manera el contexto de la historia.

En "Mrs Henderson presenta", Frears vuelve a tratar el tema del enfrentamiento del individuo ante la pacatería de una época y un lugar: la Inglaterra de entreguerras. En esta ocasión, la "rebelde" es Mrs. Henderson, una mujer que, tras la muerte de su marido, compra el teatro Windmill con el fin de montar un espectáculo de variedades de varias sesiones diarias. Sin embargo, y tras un comienzo realmente prometedor, el local pierde público debido a la competencia del resto de los teatros que, tras ver el éxito de la propuesta, se han limitado a copiar la propuesta de la venerable anciana y de Van Damm, el director del teatro. Tras pensar en la solución para volver a captar la atención de los espectadores, Mrs Henderson tiene la idea de ofrecer desnudos integrales en escena, algo inédito en los escenarios londinenses de la época. Tras camelarse al censor, que únicamente pondrá como condición que las jóvenes que aparezcan sin ropa permanezcan inmóviles, la venerable viuda conseguirá que el Windmill se convierta en uno de los locales de espectáculos más conocidos de la capital británica. Visitado frecuentemente por soldados de la Segunda Guerra Mundial de permiso, el teatro fue el único que no paró de realizar representaciones durante los bombardeos de la ciudad.

Con este argumento, el realizador irlandés dirige una conmovedora película que es a la vez un musical, un retrato costumbrista y un homenaje al teatro como espectáculo. Sin ningún tipo de manierismo estilístico, Frears se centra en la historia que está contando y pone especial atención en la dirección de un excepcional reparto, en donde sobresalen Judi Dench, en el papel de la Mrs. Henderson del título, y de Bob Hoskins, dando vida al encargado del Windmill. Ambos actores consiguen que sus frecuentes discusiones en pantalla sean una extraña y divertida mezcla de rivalidad y disimulado cariño. Por otra parte, Frears también demuestra dos cosas: que las historias corales son su punto fuerte y que puede abordar los números musicales con absoluta solvencia.

En definitiva, "Mrs. Henderson presenta " es una pequeña gran película para todos los que quieran pasar un buen rato con una comedia con unos toques de musical y unas gotas de drama.

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