Los niños de San Judas
Crítica
Julio Vallejo
Varias han sido las pelÃculas que han tratado el tema de los abusos sufridos por niños y niñas en colegios e internados regentados por religiosos. Filmes como "Las hermanas de la Magdalena" (Peter Mullan, 2002) o la reciente "La mala educación" (Pedro Almodóvar, 2004) nos han mostrado los maltratos que sufrieron muchas de las personas que acudieron a este tipo de instituciones.
Siguiendo la estela de sus ilustres predecesoras, la directora y guionista Aisling Walsh ha realizado "Los niños de San Judas", una terrible historia ambientada en un reformatorio religioso irlandés de finales de los años treinta. Con un estilo que recuerda a las producciones de la BBC, el largometraje narra la historia de William Franklin, un profesor seglar que luchará por abolir los maltratos y los abusos que sufren los chicos de este internado.
Basándose en hechos reales, la pelÃcula se resiente en exceso de un tratamiento simplista y de una realización demasiado cercana al telefilme de qualité. Dejando a un lado cualquier tipo de ambigüedad, Walsh desarrolla una historia de buenos (Franklin y los alumnos del profesor) y malos (el sádico hermano John), donde la sutileza no es precisamente lo más destacado de la función. Tampoco lo es la ridÃcula visualización, a través de flashbacks, de la traumática experiencia del profesor en la Guerra Civil Española.
De forma más acertada está abordada la relación amistosa entre Franklin y uno de sus alumnos, Liam Mercier (John Travers). La directora consigue, gracias sobre todo a la magnÃfica labor de sus actores, que las numerosas charlas entre el alumno, rebelde e inteligente, y el profesor, comprensivo y sensible, consigan emocionar a cualquier espectador medio.
En resumen, y lejos de ser una pelÃcula redonda, "Los niños de San Judas" se convierte en un aceptable filme que podrÃa considerarse como una extraña mezcla de "Las hermanas de la Magdalena" y "El Club de los poetas muertos".
Siguiendo la estela de sus ilustres predecesoras, la directora y guionista Aisling Walsh ha realizado "Los niños de San Judas", una terrible historia ambientada en un reformatorio religioso irlandés de finales de los años treinta. Con un estilo que recuerda a las producciones de la BBC, el largometraje narra la historia de William Franklin, un profesor seglar que luchará por abolir los maltratos y los abusos que sufren los chicos de este internado.
Basándose en hechos reales, la pelÃcula se resiente en exceso de un tratamiento simplista y de una realización demasiado cercana al telefilme de qualité. Dejando a un lado cualquier tipo de ambigüedad, Walsh desarrolla una historia de buenos (Franklin y los alumnos del profesor) y malos (el sádico hermano John), donde la sutileza no es precisamente lo más destacado de la función. Tampoco lo es la ridÃcula visualización, a través de flashbacks, de la traumática experiencia del profesor en la Guerra Civil Española.
De forma más acertada está abordada la relación amistosa entre Franklin y uno de sus alumnos, Liam Mercier (John Travers). La directora consigue, gracias sobre todo a la magnÃfica labor de sus actores, que las numerosas charlas entre el alumno, rebelde e inteligente, y el profesor, comprensivo y sensible, consigan emocionar a cualquier espectador medio.
En resumen, y lejos de ser una pelÃcula redonda, "Los niños de San Judas" se convierte en un aceptable filme que podrÃa considerarse como una extraña mezcla de "Las hermanas de la Magdalena" y "El Club de los poetas muertos".
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