Jarhead, el infierno espera

Crítica

Julio Vallejo

Formado en el mundo del teatro, el británico Sam Mendes se ha convertido en un hábil investigador de microcosmos. En su primera película, la oscarizada "American Beauty", indagaba en la parte más sucia de los individuos que residen en los supuestamente felices barrios residenciales norteamericanos, mientras que en "Camino a la perdición", su peculiar adaptación cinematográfica de la novela gráfica del mismo nombre, hurgaba en el oscuro mundo de la mafia. Ahora, cinco años después de su primer filme, el británico prueba suerte con su personal disección del ejército y de la guerra del Golfo en "Jarhead".

Basada en un texto autobiográfico del ex militar Anthony Swofford, el filme se centra en la vida de un joven que, tras recibir un proceso de formación relativamente corto, es enviado a combatir a la guerra del Golfo. Allí, y tras meses esperando en medio del desierto, el chaval y el resto de miembros de su pelotón se limitarán a enfrentarse al enemigo una sola vez y de manera nada espectacular. Con este argumento, Sam Mendes realiza un filme más interesado en analizar el comportamiento de Swofford y cada uno de sus compañeros que en ofrecer un espectáculo bélico al uso. De esta manera, Mendes y William Broiles Jr., el guionista del largometraje, se muestran más interesados en reflejar la conducta de sus inactivos soldados que en cuestionar las razones que llevaron a Estados Unidos a intervenir en una guerra donde interesaban más los pozos de petróleo que los humanos. Por esta razón, el filme se centra en mostrarnos la nostalgia que sienten los soldados al estar lejos de su país, los castigos que reciben por no cumplir alguna regla o el aburrimiento que sienten al limitarse a esperar casi eternamente. Sin embargo, y pese a ser definido como un filme bélico, los enfrentamientos con el enemigo son casi inexistentes y la reflexión sobre el conflicto es prácticamente nulo. En este sentido, el largometraje se parece menos a "Apocalipse Now" y "El cazador", dos cintas a las que "Jarhead" homenajea, y se acerca más a filmes como "La chaqueta metálica" y "El sargento de hierro", dos títulos que ocupaban gran parte de su metraje en analizar la conducta de los soldados.

En definitiva, el tercer trabajo como realizador de largometrajes de Sam Mendes gustará a aquellos que les guste el humor cuartelero y el retrato de personajes, aunque desagradará a los amantes del cine bélico y a cinéfilos interesados en una visión crítica de la guerra del Golfo.

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