Whisky
Crítica
Julio Vallejo
Antes de seguir con la crÃtica propiamente dicha hay que aclarar algo: Whisky, además de la bebida alcohólica, es la palabra que te hacen repetir en Sudamérica cuando te vas a hacer una fotografÃa. En este sentido, el tÃtulo parece ser la metáfora de una historia en la que dos de sus protagonistas apenas rÃen y sólo, y casi exclusivamente, lo hacen cuando se retratan. Teniendo en cuenta esto, "Whisky" no parece el tÃpico filme que uno vaya a ver para divertirse. En este sentido, la segunda pelÃcula de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll ahonda en la terrible vida de aquellas personas que se han acostumbrado a la triste monotonÃa. Al fin y al cabo, tanto Jacobo, el dueño de una empresa de calcetines (un asombrosamente sobrio Andrés Pazos), como Marta (una impresionante Mirella Pascual), su empleada, son dos personas grises dispuestas a actuar como un matrimonio para dar la impresión de felicidad ante un tercero: Herman, el simpático y triunfador hermano de Jacobo. Sin embargo, todo es falso: ni son matrimonio, ni son pareja y, está claro, no son felices. Pese a todo, Marta intentará, con escasa suerte, que la mentira se convierta en realidad.
Como se puede ver por este breve esbozo del argumento, el filme uruguayo no es una pelÃcula fácil. Además, y como una opción estética, la pareja de directores ha decidido recurrir a un minimalismo estilÃstico, lo que puede no gustar a todos aquellos adictos al histrionismo y a los espectaculares (y normalmente innecesarios) movimientos de cámara. En esta ocasión, y siguiendo en cierta manera a Aki Kaurismaki, Stoll y Rebella recurren a los planos largos donde la cámara permanece siempre fija. Esto unido a un hieratismo premeditado en la interpretación de los actores da como consecuencia un filme que parece retratar con precisión el gran número de tiempos muertos que llenan la existencia de Jacobo y Marta, sus dos protagonistas. Sólo los arranques de buen humor de Herman, el hermano de Jacobo, parecen iluminar un poco esta soberbia, divertida en algunos momentos e increÃblemente triste en la mayor parte de su metraje.
Como se puede ver por este breve esbozo del argumento, el filme uruguayo no es una pelÃcula fácil. Además, y como una opción estética, la pareja de directores ha decidido recurrir a un minimalismo estilÃstico, lo que puede no gustar a todos aquellos adictos al histrionismo y a los espectaculares (y normalmente innecesarios) movimientos de cámara. En esta ocasión, y siguiendo en cierta manera a Aki Kaurismaki, Stoll y Rebella recurren a los planos largos donde la cámara permanece siempre fija. Esto unido a un hieratismo premeditado en la interpretación de los actores da como consecuencia un filme que parece retratar con precisión el gran número de tiempos muertos que llenan la existencia de Jacobo y Marta, sus dos protagonistas. Sólo los arranques de buen humor de Herman, el hermano de Jacobo, parecen iluminar un poco esta soberbia, divertida en algunos momentos e increÃblemente triste en la mayor parte de su metraje.
Comentarios
#0
02 DIC 2013
a las 14:19
ra
Me parece muy bien la cr