Waz
Crítica
Julio Vallejo
¿EstarÃas dispuesto a dar tu vida por la persona que más quieres? Ésta es la pregunta que plantea "W∆Z", un thriller que sigue la senda de "Seven". AquÃ, como en la cinta de David Fincher, hay un asesino con pretensiones morales, una descripción del mundo como si fuera el infierno y una pareja de policÃas formada por un agente maduro y otro joven. Lo que cambia sustancialmente es que el director de fotografÃa prefiere los grises y azules a los ocres del clásico de los noventa.
En cuanto al argumento, el filme nos cuenta las pesquisas que realizan un agente veterano (un siempre excelente Stellan Skarsgard) y su inexperta compañera (una correcta Melissa George) para desentrañar una serie de asesinatos con un punto en común: la palabra W∆Z aparece grabada en la carne de los fallecidos. Además, como sÃntoma de su sadismo, el serial killer somete a sus vÃctimas a un cruel dilema: salvar su vida a costa de la persona que más quieren.
Con estos interesantes ingredientes, Tom Shankland, director forjado en la televisión, nos ofrece un largometraje mortecino que no termina de interesar en ningún momento. Quizá el problema viene provocado porque el realizador parece más interesado en crear un ambiente mórbido y realista, a través de la utilización de una estética forzadamente sucia, que en la trama. Todo ello adornado, como era de esperar, con el toque gore de las sagas "Saw" y "Hostel".
En cuanto al argumento, el filme nos cuenta las pesquisas que realizan un agente veterano (un siempre excelente Stellan Skarsgard) y su inexperta compañera (una correcta Melissa George) para desentrañar una serie de asesinatos con un punto en común: la palabra W∆Z aparece grabada en la carne de los fallecidos. Además, como sÃntoma de su sadismo, el serial killer somete a sus vÃctimas a un cruel dilema: salvar su vida a costa de la persona que más quieren.
Con estos interesantes ingredientes, Tom Shankland, director forjado en la televisión, nos ofrece un largometraje mortecino que no termina de interesar en ningún momento. Quizá el problema viene provocado porque el realizador parece más interesado en crear un ambiente mórbido y realista, a través de la utilización de una estética forzadamente sucia, que en la trama. Todo ello adornado, como era de esperar, con el toque gore de las sagas "Saw" y "Hostel".
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