Sky Captain y el Mundo del Mañana
Crítica
Diego Salgado
En mayo de 1977, George Lucas y Steven Spielberg concretaron en una playa de Hawai la realización de una pelÃcula que supondrÃa el homenaje de ambos directores al cine que les habÃa hecho soñar en pantalla grande o pequeña durante su juventud: los seriales de los 30 y los 40, los films de aventuras de los 50, y la saga del agente 007 (1).
El éxito del resultado, "En busca del arca perdida", junto al que habÃa obtenido previamente "La guerra de las galaxias", validó una manera de hacer pelÃculas que aunaba evasión y descaro comercial, nostalgia y prepotencia tecnológica, perfección de la imagen y recreación de modelos pobres y trillados.
Pese a todo, gracias al innegable talento y al sentido de lo maravilloso de sus autores, tales pastiches adquirieron vida propia. Su descendencia, en cambio, multiplicó los defectos y desvirtuó los aciertos de los "originales". Cada generación de blockbusters ha resultado más absurda que la anterior. Los mismos Spielberg (con la saga de "Parque Jurásico") y Lucas (con "La amenaza fantasma" y "El ataque de los clones") se han desvelado patéticos aprendices de quienes fueron años ha. Y la mezcla de aventuras estúpidas y guiños oportunistas a los clásicos en bodrios recientes como "Van Helsing" ya no engaña a nadie.
"Sky Captain y el mundo del mañana" es otra criatura artificial, que apela a cierta subcultura, y a la búsqueda de experiencias novedosas por los espectadores, para legitimar una operación cuyo único objetivo evidente es poner a su responsable, Kerry Conran, en órbita cinematográfica.
Este señor se ocupa del guión, la dirección y el diseño visual de "Sky Captain" con el propósito según él de "usar la tecnologÃa más moderna para recuperar [...] la ciencia-ficción de los años 30, de la que soy un enamorado", y que el público "se empape de su nostalgia, diversión, espÃritu aventurero y magia" (2).
Primero, ¿cree realmente Conran que el espectador actual –qué decir del no estadounidense- va a captar siquiera una décima parte de las referencias con que adorna su pelÃcula, o se va a interesar por su obsesión esteticista? Las taquillas han respondido que no...
Segundo, ¿tiene algún interés gastarse decenas de millones de dólares en una fantasÃa masturbatoria? Porque "Sky Captain" no aporta ninguna novedad, más allá quizás del uso de una técnica infográfica concreta, al cine de ciencia-ficción o de aventuras.
Tercero, ¿por qué se piensa que basta con agolpar frente a la cámara elementos vistosos para entretener, en vez de que la propia cámara y el montaje proporcionen por sà mismos algo de emoción? Es la diferencia entre Spielberg y los Emmerich, Sommers... o Conran que malviven y aburren bajo su influencia.
Cuarto, ¿es posible despertar emociones reales en el público cuando lo que se le ofrece es en todos los aspectos –diálogos, situaciones, intenciones- material de derribo reciclado mil veces?
Quinto, ¿cómo es posible que Gwyneth Paltrow haya ganado un Oscar, cuando vuelve a demostrar en esta ocasión su falta de carisma y su Inulidad como actriz?
Sexto, ¿es necesario seguir?
Notas:
(1) "Steven Spielberg. BiografÃa no autorizada". John Baxter. T&B Ediciones, 1998.
(2) Fotogramas. Número 1.934. Diciembre 204. Páginas 130 a 133.
El éxito del resultado, "En busca del arca perdida", junto al que habÃa obtenido previamente "La guerra de las galaxias", validó una manera de hacer pelÃculas que aunaba evasión y descaro comercial, nostalgia y prepotencia tecnológica, perfección de la imagen y recreación de modelos pobres y trillados.
Pese a todo, gracias al innegable talento y al sentido de lo maravilloso de sus autores, tales pastiches adquirieron vida propia. Su descendencia, en cambio, multiplicó los defectos y desvirtuó los aciertos de los "originales". Cada generación de blockbusters ha resultado más absurda que la anterior. Los mismos Spielberg (con la saga de "Parque Jurásico") y Lucas (con "La amenaza fantasma" y "El ataque de los clones") se han desvelado patéticos aprendices de quienes fueron años ha. Y la mezcla de aventuras estúpidas y guiños oportunistas a los clásicos en bodrios recientes como "Van Helsing" ya no engaña a nadie.
"Sky Captain y el mundo del mañana" es otra criatura artificial, que apela a cierta subcultura, y a la búsqueda de experiencias novedosas por los espectadores, para legitimar una operación cuyo único objetivo evidente es poner a su responsable, Kerry Conran, en órbita cinematográfica.
Este señor se ocupa del guión, la dirección y el diseño visual de "Sky Captain" con el propósito según él de "usar la tecnologÃa más moderna para recuperar [...] la ciencia-ficción de los años 30, de la que soy un enamorado", y que el público "se empape de su nostalgia, diversión, espÃritu aventurero y magia" (2).
Primero, ¿cree realmente Conran que el espectador actual –qué decir del no estadounidense- va a captar siquiera una décima parte de las referencias con que adorna su pelÃcula, o se va a interesar por su obsesión esteticista? Las taquillas han respondido que no...
Segundo, ¿tiene algún interés gastarse decenas de millones de dólares en una fantasÃa masturbatoria? Porque "Sky Captain" no aporta ninguna novedad, más allá quizás del uso de una técnica infográfica concreta, al cine de ciencia-ficción o de aventuras.
Tercero, ¿por qué se piensa que basta con agolpar frente a la cámara elementos vistosos para entretener, en vez de que la propia cámara y el montaje proporcionen por sà mismos algo de emoción? Es la diferencia entre Spielberg y los Emmerich, Sommers... o Conran que malviven y aburren bajo su influencia.
Cuarto, ¿es posible despertar emociones reales en el público cuando lo que se le ofrece es en todos los aspectos –diálogos, situaciones, intenciones- material de derribo reciclado mil veces?
Quinto, ¿cómo es posible que Gwyneth Paltrow haya ganado un Oscar, cuando vuelve a demostrar en esta ocasión su falta de carisma y su Inulidad como actriz?
Sexto, ¿es necesario seguir?
Notas:
(1) "Steven Spielberg. BiografÃa no autorizada". John Baxter. T&B Ediciones, 1998.
(2) Fotogramas. Número 1.934. Diciembre 204. Páginas 130 a 133.
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