Serpientes en el avión

Crítica

Julio Vallejo

"Serpientes en el avión" forma parte de ese grupo de películas que se ganará el cariño de los freaks cinéfilos y arrancará los peores insultos de los críticos cinematográficos más sesudos. Ésa es la razón por la que la distribuidora norteamericana del filme ha decidido no realizar el pase de prensa de una de las películas más esperadas de la temporada.

Con un argumento que parece una mezcla de los filmes de animales repugnantes de los cincuenta y la saga "Aeropuerto", "Serpientes en el aeropuerto" enfrenta a unas asquerosas serpientes con un grupo de aguerridos viajeros de un vuelo procedente de Hawai. Introducidas por unos mafiosos con el objetivo de matar al testigo de un crimen que viaja en el avión, los asquerosos animalejos no durarán en liquidar a todo el que se les ponga en su camino. Sin embargo, y como no podía ser menos, un policía, encargado de proteger al testigo del homicidio ( un divertido Samuel L. Jackson), y una azafata (una hierática Julianna Margulies) les pondrán las cosas difíciles a los antipáticos bichos.

David R. Ellis, director del filme y responsable de "Cellular" y "Destino final 2", no intenta en ningún momento disimular que se encuentra ante una película orgullosa de ser un producto con espíritu de serie B. De esta manera, el realizador no trata de enmascarar que se encuentra ante un producto con personajes prototípicos, humor de garrafón y unos efectos visuales deliberadamente cutres. Quizá, y ya que se busca divertir a toda costa, se echa en falta un poco más de desmelene y mala leche. En este sentido, uno se pregunta que habría sido de este filme si lo hubiera firmado directores con el espíritu provocador de John Waters o George A. Romero.

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