Hard candy
Crítica
Julio Vallejo
¿Qué pasarÃa si Caperucita Roja fuera más fiera que El Lobo Feroz? Ésta es la pregunta que posiblemente se hicieron el director David Slade y el guionista Brian Nelson a la hora de realizar "Hard Candy".
Ganadora del premio a la mejor pelÃcula del Festival de Sitges 2005, el filme cuenta la peculiar relación que se establece entre Jeff (Patrick Wilson), un fotógrafo treintañero, y Hayley (Ellen Page), una chica de 14 años bastante listilla. Tras conocerse en un chat de Internet, ambos fijarán una cita para verse las caras. Después de un primer contacto en una cafeterÃa, la extraña pareja se dirigirá a la casa del fotógrafo, donde la peculiar joven dejará de comportarse como un corderito para convertirse en verdugo. AllÃ, la supuestamente inocente chica someterá a una terrible tortura a Jeff, un hombre con afición por las teenagers y con un terrible trauma amoroso.
Con este argumento, David Slade realiza un entretenido thriller con numerosos agujeros en el guión. En este sentido, el director del filme y Brian Nelson, responsables del largometraje, no parecen demasiado interesados en explicarnos las motivaciones de los protagonistas del filme. De esta manera, el espectador no sabe qué es lo que lleva a Hayley a tener esa inquina contra los pedófilos. Por otra parte, Nelson tampoco nos da la suficiente información para saber si el fotógrafo es un simple mirón o un violador de adolescentes.
Pese a estos defectos, "Hard Candy" es un correcto pasatiempo que se puede disfrutar siempre que no seamos exquisitos gourmets cinéfilos y no nos cuestionemos demasiado lo que vemos en pantalla.
Ganadora del premio a la mejor pelÃcula del Festival de Sitges 2005, el filme cuenta la peculiar relación que se establece entre Jeff (Patrick Wilson), un fotógrafo treintañero, y Hayley (Ellen Page), una chica de 14 años bastante listilla. Tras conocerse en un chat de Internet, ambos fijarán una cita para verse las caras. Después de un primer contacto en una cafeterÃa, la extraña pareja se dirigirá a la casa del fotógrafo, donde la peculiar joven dejará de comportarse como un corderito para convertirse en verdugo. AllÃ, la supuestamente inocente chica someterá a una terrible tortura a Jeff, un hombre con afición por las teenagers y con un terrible trauma amoroso.
Con este argumento, David Slade realiza un entretenido thriller con numerosos agujeros en el guión. En este sentido, el director del filme y Brian Nelson, responsables del largometraje, no parecen demasiado interesados en explicarnos las motivaciones de los protagonistas del filme. De esta manera, el espectador no sabe qué es lo que lleva a Hayley a tener esa inquina contra los pedófilos. Por otra parte, Nelson tampoco nos da la suficiente información para saber si el fotógrafo es un simple mirón o un violador de adolescentes.
Pese a estos defectos, "Hard Candy" es un correcto pasatiempo que se puede disfrutar siempre que no seamos exquisitos gourmets cinéfilos y no nos cuestionemos demasiado lo que vemos en pantalla.
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