Eragon
Crítica
Julio Vallejo
¿Será "El legado" la saga que haga sombra a la trilogÃa de "El señor de los Anillos" y "Las Crónicas de Narnia"? Vistos los resultados de "Eragón", la primera entrega, los fans de las dos franquicias tendrán que seguir esperando a otra cinta que intente ofrecer la habitual ración de fantasÃa y aventuras con cierta calidad.
En primer lugar, la base literaria del filme no se puede comparar con la de los largometrajes de Peter Jackson y Andrew Adamson. Christopher Paolini, poco menos que un adolescente con dotes para la escritura, no ha inventado un mundo mágico de la envergadura de los que idearan Tolkien y C.S. Lewis. Los intentos de Eragon y su dragón por restaurar un mundo poblado por caballeros y criaturas voladoras que escupen fuego carece de la enjundia y los originales universos que crearon aquellos dos profesores universitarios en sus respectivas colecciones de novelas.
Por otra parte, Peter Buchman no aprovecha los elementos de la historia para ofrecer algo más que diálogos sosos y una trama desdibujada. Tampoco el director Steffen Fangmeier, fogueado en la segunda unidad y los efectos visuales, logra captar el espÃritu épico de este tipo de filmes, ofreciendo una realización plana que no aprovecha ni los medios a su disposición.
Para completar el desaguisado, las interpretaciones de los actores son de juzgado de guardia. El inexpresivo Edward Speleers no consigue dotar de entidad a Eragon, mientras que Jeremy Irons no parece creerse su papel de maestro de caballeros. Igualmente inadecuados son los trabajos de un pasadÃsimo Robert Carlyle, en el rol de un malvado brujo, y un hierático John Malkovich, encarnando al cruel rey Galbatorix. En resumen, "Eragon" es un verdadero desastre de proporciones épicas.
En primer lugar, la base literaria del filme no se puede comparar con la de los largometrajes de Peter Jackson y Andrew Adamson. Christopher Paolini, poco menos que un adolescente con dotes para la escritura, no ha inventado un mundo mágico de la envergadura de los que idearan Tolkien y C.S. Lewis. Los intentos de Eragon y su dragón por restaurar un mundo poblado por caballeros y criaturas voladoras que escupen fuego carece de la enjundia y los originales universos que crearon aquellos dos profesores universitarios en sus respectivas colecciones de novelas.
Por otra parte, Peter Buchman no aprovecha los elementos de la historia para ofrecer algo más que diálogos sosos y una trama desdibujada. Tampoco el director Steffen Fangmeier, fogueado en la segunda unidad y los efectos visuales, logra captar el espÃritu épico de este tipo de filmes, ofreciendo una realización plana que no aprovecha ni los medios a su disposición.
Para completar el desaguisado, las interpretaciones de los actores son de juzgado de guardia. El inexpresivo Edward Speleers no consigue dotar de entidad a Eragon, mientras que Jeremy Irons no parece creerse su papel de maestro de caballeros. Igualmente inadecuados son los trabajos de un pasadÃsimo Robert Carlyle, en el rol de un malvado brujo, y un hierático John Malkovich, encarnando al cruel rey Galbatorix. En resumen, "Eragon" es un verdadero desastre de proporciones épicas.
Comentarios
No hay comentarios sobre la crítica