Elizabethtown

Cameron Crowe y música rock parecen ir siempre unidos. Antiguo redactor de Rolling Stone, el director norteamericano ha impregnado todos sus filmes de impresionantes colecciones de canciones. "Singles", "Jerry Maguire", "Casi famosos" o "Vanilla Sky" tienen como denominador común la utilización de la música popular como otro elemento más del filme. En este sentido, Crowe hace realidad la fantasía de todos los que somos buenos melómanos y cinéfilos: poner a cada una de las escenas de tu vida el tema musical que más se adecue. Además, y para ahondar más en el tema estrictamente personal, algunas películas de Cameron Crowe parten de anécdotas y hechos de su propia experiencia. Éste es el caso de "Elizabethtown". El filme narra las peripecias de un joven diseñador de zapatillas de deporte que, tras fracasar con su último modelo, visita el pueblo natal de su padre para hacerse cargo del cadáver de su padre. Allí, y con la estimable ayuda de alguno de sus familiares y de una azafata pizpireta, da un nuevo rumbo a su vida.

Con estos mimbres, el director de "Casi famosos" realiza una comedia romántica con leves toques sombríos, que habla de cómo, sólo a veces, empezar de nuevo puede ser mejor que seguir con el aparentemente apacible camino que nos habíamos construido. Con un guión lleno de diálogos brillantes y una excelente utilización dramática de los temas pop, el realizador completa una comedia basada en la creación de una simpática colección de personajes. Éstos, interpretados por un gran elenco de excelentes secundarios, consiguen ganarse la simpatía del espectador.

Sin embargo, "Elizabethtown" no consigue ser redonda por dos cuestiones: Orlando Bloom y un desequilibrado guión. El recordado Légolas de "El señor de los anillos" realiza una interpretación demasiado monocorde del algo perdido protagonista del filme. Por otra parte, la excesiva duración del filme y la falta de concreción de lo que se cuenta restan puntos a la película. En este sentido cabe destacar lo superfluo del numerito de Susan Sarandon –que interpreta a la madre de Bloom– en el acto de homenaje al padre fallecido del protagonista o el larguísimo viaje musical y geográfico que Bloom realiza para recuperar a su simpática azafata.