El buen pastor

Crítica

Julio Vallejo

Máximo representante del gran actor de Hollywood, Robert De Niro ha compatibilizado en los últimos años su labor en la interpretación con su trabajo como productor y director. En este último apartado, el histrión norteamericano sorprendió a propios y extraños con "Una historia del Bronx" (1993), una película que nos narra las peripecias de un chaval que se debate entre la admiración por su padre, un honesto conductor de autobús, y la fascinación que le produce un gangster del vecindario. Influido por Scorsese, uno de los realizadores fetiche del actor, aquel primer largometraje como director nos descubría un De Niro bastante bien dotado para la narración y el trabajo con los actores.

Más de una década después de su debut como realizador, el protagonista de "Taxi Driver" se pone delante y tras las cámaras para hacerse cargo de "El buen pastor". Con un guión de Eric Roth, y guardándose un pequeño rol secundario en el filme, su segunda película en la dirección relata la historia de la creación de la CIA desde la perspectiva de Edward Wilson, uno de los principales impulsores de la famosa agencia de inteligencia. A través de sus propias experiencias desfilan algunos de los acontecimientos más importantes de la vida norteamericana desde finales de los años veinte hasta los comienzos de los años sesenta. De Niro, sin embargo, no se limita a reflejar unos hechos que la mayoría de la gente conoce de memoria. El cineasta parece más interesado en plasmar la terrible vida de los espías. Desde el protagonista del filme hasta sus compañeros de trabajo, "El buen pastor" nos muestra el poco glamour que hay tras la profesión de agente secreto. Muy alejados de la vida de James Bond, los agentes secretos se parecen más a oscuros funcionarios obligados a jugarse la vida por un país que no les reconocerá el esfuerzo. Un duro sacrificio que les pasa factura en su vida personal y familiar.

Con una realización eminentemente clásica, De Niro compone un filme reflexivo que intenta más indagar en el interior de sus personajes que en las acciones que tienen que realizar. Esto provoca que en alguna ocasión la película pueda parecer lenta y bastante alejada de las películas al estilo 007. En este sentido, el largometraje desilusionará a aquellos amantes de la acción, aunque sí gustará a aquellos que busquen algo de profundidad.

En definitiva, y pese un metraje algo excesivo, "El buen pastor" es un buen ejemplo de cómo el cine de género puede ser algo más que una forma de pasar el tiempo comiendo palomitas. Además nos permite disfrutar de las excelentes actuaciones de un reparto donde se dan cita nombres como Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, William Hurt o John Turturro.

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