Brokeback Mountain. En terreno vedado

Crítica

Julio Vallejo

El taiwanés Ang Lee se ha especializado en realizar películas donde la familia tiene un papel importante. Desde que triunfara internacionalmente con la divertida "El banquete de boda", la filmografía del director ha mostrado esa especial predilección por analizar las relaciones entre miembros de un mismo clan. "Comer, beber, amar", "La tormenta de hielo", "Sentido y sensibilidad" o "Hulk" son los filmes en los que el director ha dejado más patente este interés por las vinculaciones de parentesco. En "Brokeback Mountain", pese a ser la historia de amor entre dos hombres, también parece existir ese interés, aunque no sea tan patente como en los títulos citados.

Basada en un relato largo de Annie Proulx, la autora que también aportaría la base literaria de la irregular "Atando cabos", "Brokeback Mountain" narra la historia de dos rudos vaqueros a lo largo de veinte años. Ennis y Jack, los protagonistas del filme, se conocerán cuidando ganado en los primeros años sesenta y, durante dos décadas, tendrán que ocultar su amor bajo la fachada de respetables padres de familia. Sólo Jack se atreverá a proponer la ruptura de ambos con sus respectivas esposas y la posibilidad de vivir juntos en un rancho. Sin embargo, y pese a que ésta parezca la única solución posible para que ambos consigan la felicidad, Ennis, mucho más introvertido que su pareja, se negara a asumir el riesgo, influido por miedo al rechazo social y el peso de la responsabilidad familiar. Esta decisión provocará que ambos se vean obligados a verse furtivamente. En estas ocasiones, "Brokeback Mountain", el lugar donde ambos se conocieron, se convertirá en el añorado paraíso perdido.

Con este argumento, Ang Lee realiza un filme emocionante y elegante que se sustenta en un magnífico guión, en una realización clásica y en unas interpretaciones impresionantes. El guión, escrito por Larry McMurtry y Diana Hosanna, consigue ser fiel al estupendo cuento de Proulx, aunque lo enriquece con nuevas situaciones que consiguen dotar al filme de más espesura dramática que su referente literario. Por su parte, Ang Lee demuestra su maestría con un trabajo de cámara sencillo, que da un importancia clave al paisaje y que parece estar siempre en el lugar justo en cada momento. Como guinda del pastel, las interpretaciones de Jake Gyllenhaal, en el papel del extrovertido Jack Twist, y sobre todo, de un impresionante Heath Ledger, encargado de encarnar al tímido Ennis, dotan de mayor calado a uno de los mejores largometrajes norteamericanos de los últimos tiempos.

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