Amor idiota

Representante de lo que en un tiempo se llamó comedia catalana, Ventura Pons ha alcanzado cierto prestigio con sus adaptaciones de cuentos de Quim Monzó ("El porqué de las cosas"), las adaptaciones de obras de Sergi Belbel ("Caricias"), de Lluis Antón Baulenas ("Anita no pierde el tren"), de Josep M. Benet I Jornet ("Amigo/Amado", "Actrices"), y del escritor gay David Leavitt ("Manjar de amor"). En esta última etapa, y con la honrosa excepción de la entrañable "Anita no pierde el tren", el director ha conseguido el apoyo de cierta crítica con unas historias plagadas de diálogos supuestamente ingeniosos y profundos. Todo, en definitiva, bastante falso y servido como si estuviéramos en una versión lujosa de un "Estudio Uno".

Lejos de rehuir su fama de "auteur", Pons pone de manifiesto en "Amor Idiota" que es un director bastante pretencioso. Pese a estar basado en un texto de Lluis Antón Baulenas, autor de la historia en que se basa "Anita no pierde el tren", el filme supone una vuelta de tuerca al peculiar universo pedante e insoportable del autor de "Amigo/Amado". La historia del amor entre un idiota (Santi Millán) y una sensual mujer casada (Cayetana Guillén Cuervo) se convierte, en manos del realizador catalán, en una estúpida historia de polvos, discusiones supuestamente profundas y diálogos ridículos. Por si fuera poco, y para subrayar lo innovador de su propuesta, el realizador rueda todo como si nos encontráramos en una película de la Nouvelle Vague. Incluso, y como muestra de lo cultos y refinados que son los responsables del filme, el largometraje incluye un bochornoso homenaje a "Tiempos modernos", el inmortal filme de Chaplin.

En el apartado interpretativo, las cosas tampoco son para echar cohetes. Mientras que Santi Millán intenta hacer simpático a su idiota, Cayetana Guillén Cuervo plaga de mohines y poses supuestamente sensuales a su eterno papel de mujer fatal. El supuesto amor loco, que lleva al protagonista a perseguir a una mujer hasta conseguir que ésta se enamore de él, se queda en una broma estúpida con poca gracia. En definitiva, una película pedante e innecesaria al que podríamos calificar simplemente de idiota.